Bajo el amparo de este sugerente título, y, como ocurre cada martes, volvimos a juntarnos en la Tabacalera para ser testigos de una de las sesiones más hipnóticas de las que han pasado por allí. Tanto era así, que chocaba bastante ver a una gran mayoría de los presentes ignorando los lápices por estar atentos a todo lo que ocurría sobre (y debajo) el escenario.
Y es que Rosana, ya nos había avisado de que iba a ser una sesión un tanto calenturienta, en términos literales, pues había preparado una sesión de malabares flamígeros de las que quitan el hipo.
Sin embargo, a pesar de la espectacularidad con la que nos mantenía en vilo, no estuvo sola, y la sesión de ayer se convirtió en un auténtico cabaret de variedades donde no faltaron las acrobacias en suspensión y la sesión de danza moderna a ritmo de saxofón en directo. Todo un lujo, oigan.
Desde luego, quien no quiere hacer algo diferente un martes por la tarde sin dejarse un euros (salvo la voluntad, claro) es porque no quiere, porque no será porque no se hacen cosas variopintas que llaman la ateción de hasta el menos receptivo. Lo de dibujar ya se está convirtiendo en excusa en lugar de en finalidad. Y no lo digo con mala intención, sino todo lo contrario, pues se ha pasado de ser meros ejecutores a ser completamente partícipes de las sesiones que se organizan, lo cual, no sólo es bueno, sino que es mucho mejor, porque eleva el sentido del Dibujo (con mayúsculas) a Arte Plástica (con dos mayúsculas).
Ayer, con permiso de los «actuantes» (que no modelos), de las cosas más interesantes que puedo contar ha sido conocer por fin en persona a ese pedazo de monstruo del pincel que es Enrique Flores, a quien sigo de cerca desde hace tiempo gracias a Emil Markov y a Alya Mark (y no les voy a echar más flores porque tendría que escribir cuarenta entradas de elogios sólo para ellos dos). Enrique resultó ser no sólo un profesional como la copa de un pino (aunque eso ya lo sabíamos) sino además una persona tan cercana y amable que no puedo por más que darle las gracias por los «pequeños» consejos y amables elogios que me dirigó ayer. ¡Gracias Enrique!
Y bueno, en cuanto a mi producción artística… pues enseguida me di cuenta de que ayer no era un día muy bueno para dibujar; sobre todo cuando estaba más tiempo pendiente de la actuación que del papel. Gracias a Dios ya me había imaginado que algo así iba a ocurrir y llevaba la cámara a cuestas y preparadísima para lo que pudiera ocurrir… y lo mismo debió pensar todo el mundo, porque había una cantidad masiva de cámaras haciendo fotos y videos de todo lo que ocurría por allí. Por mi parte, me centré en darle caña al obturador todo lo que pude, así que hice más de quinientas fotografías… ahí es nada. Gracias a Dios, no han servido todas pero sí que se me ha hecho muy, muy, muy complicado elegir «sólo» algunas. Y aún así… pues la galería es de las más extensas que tengo.
Pero no, esta vez no hay dibujos.
Os paso el enlace a Flickr. espero no aburriros demasiado… y que os gusten.