Y ya van tres
Y 1096 días, porque el año pasado fue bisiesto y se me descabalan los números. Pues eso, que ya estoy aquí fiel al ritual que me he «autoimplantado» desde que nació la enana de hacerle (al menos) una foto al día, para que luego cuando llegue el día del cumpleaños soltarlas de golpe a todos.
Este año ha sido complicado sobre todo los últimos meses; la vida es muy dura, eso lo sabemos todos pero si además se nos junta que empezamos «el cole de los mayores» y tenemos un nuevo inquilino en casa, apaga y vámonos. Y la pobre lo está llevando bien. Al menos esto, porque otras cosas, igual no tanto. Pero qué vamos a hacerle, no podemos ser perfectos.
Por eso, que lo de mojarse la cabeza ya sea en bañera o piscina nos cause un trauma, lo perdonamos; que la «P» con la «A» se lea «MI», pues tampoco nos preocupa demasiado. Además, ya hacemos nuestros primeros pinitos como artista de pro aunque nos estamos decantando más por el expresionismo abstracto que por el hiperrealismo; no pasa nada (se cotiza más).
También hemos aprendido a montar en bici (de la de sin pedales, no nos flipemos tampoco) y aunque su hermanito Paúl le trajo un patinete precioso, aún no nos atrevemos a subirnos en él; ya habrá tiempo.
Este año tampoco hemos podido viajar demasiado, pero es probable que dentro de poco solucionemos ese problema (quién sabe); así que el verano lo hemos pasado entre el campo dentro de la piscina hichable (esa que no cubre para no tener que mojarse la cabeza) y en la piscina de casa de los abuelos, donde, sentados en el escalón, tampoco era necesario sumergir la almendra.
Y por supuesto, el cole, que hemos empezado hace muy poquito pero donde estamos aprendiendo un montón de cosas (todas ellas en italiano, eso sí) como por ejemplo a montar en tobogán, a colocar la silla cuando salimos por la puerta y a que los madrugones que le mete su padre para llegar a tiempo se los debe estar guardando para vengarse de él cuando se jubile.
Y el resto, lo podéis ver en las fotos que para eso las hago. El año que viene habrá una cita doble, porque claro, cómo no voy a hacer con su hermano lo que también hago con ella. Por lo tanto, Paúl también está teniendo su ración de foto diaria (el pobre, que no se entera) y lo veréis por aquí cuando corresponda.
Hasta entonces, como cada año,
¡FELICIDADES MARCELA!