Photowall

¿Cuántas personas conocemos? ¿Con cuántas personas nos cruzamos e interactuamos a lo largo del día, de las semanas, de los meses… de nuestra vida?

Pues la respuesta es simple y compleja a la vez: el número es indefinido. Nadie puede contabilizar la gente que le rodea, que le acompaña, que influye en cada uno… y es «mucho más indefinido» si echamos la vista atrás y empezamos a hacer memoria.

Hace un par de semanas, recordé que esta fue una pregunta que me hice hace ya mucho tiempo, pero no fue hasta ver el trabajo de Danny Santos que pensé que podría dar una forma material a esa idea e intentar juntar en un único espacio a tantas personas conocidas (amigos, familiares, compañeros de trabajo, colegas, amigos de amigos, novias y novios, maridos y mujeres, hijos e hijas…) como pudiera. Sin límite ni de tiempo ni de cantidad. Un gigantesco Photowall con los rostros de toda la gente que, en mayor o menor medida, tiene (o tuvo, o tendrá) cierta relevancia en mi vida.

Las condiciones son simples: fotos con luz ambiente, frontales y sin expresión. Salvo el primer punto, las otras dos prioridades las he ido esquivando un poco. A pesar de que doy las directrices de que se mantengan las expresiones neutras, es curioso ver cómo reacciona la gente cuando le pones la cámara en frente, pues son pocos los capaces de mantenerse totalmente hieráticos, así que al final, bueno, pues sin que sean expresividades muy marcadas, al final quien más o quien menos terminar por relajarse y se ríe un poco; qué le vamos a hacer.

Esta es la dirección del Photowall: http://projects.dar417.com/photowall

En el momento de publicar esta entrada el número de retratados es de cien. Son los primeros, espero, de muchos más. Yo les aviso, y les digo «en la foto del muro, no esperéis veros radiantes». Y así es. Me llegan algunos improperios y hasta he causado algunas bajas en el muro. Pero no me canso de repetirlo: son fotos lo más asépticas posible.

¿Y entonces por qué no salgo bien? Bueno. La respuesta a eso es bastante relativa. Acostumbrados, como estamos a mirarnos delante de un espejo, en una foto frontal la asimetría de nuestra cara hace que nos reconozcamos mucho menos, porque habitualmente nos vemos «dados la vuelta». Además, cuando nos reconocemos en la imagen, las circunstancias en las que esa foto ha sido tomada muchas veces son determinantes del tono que impregnas al retrato cuando lo ves. Si has tenido un mal día (o uno bueno), si estás más o menos cansado, más o menos animado… todo eso contribuye a la percepción de ti mismo que tienes cuando te reconoces en una situación concreta.

No obstante, como soy consciente de que en muchos casos no son retratos agradables (hecho acentuado con el tratamiento contrastado y colores duros que suelo meterle a las imágenes), al final a los voluntarios les envío otro retrato «friendly» donde queda patente (o al menos lo intento) que el que les pone la cara de haba soy yo y no ellos. Pero claro, esas fotos no van al muro.

¿Y por qué cuánto más serios mejor? Pues se trata de intentar unificar a todos por igual. Quitar la personalidad a las imágenes a través de despojarlas de expresividad, pero al mismo tiempo dotarlas de un carácter que reconozca al fotografiado. Y no; no siempre se consigue, para qué engañarnos, pero el conjunto en general funciona bastante bien cuando abres la página y tienes a (de momento) cien personas mirándote. Da algo de miedo ¿no?

Llega el momento de la propuesta. Me faltan muchos «cromos» en esta colección. Apenas he empezado con este trabajo y no tengo límites de tiempo ni personas. Lo único que pido es, por lo menos saber el nombre de la «víctima» que me presta el semblante. Por ello lanzo al aire la petición de ser retratado a todo aquél (esto es personal, claro) que me conozca y quiera aparecer en el muro y formar parte de este gran mural anónimo, que no dude en decírmelo y, cuando se pueda, quedará inmortalizado junto con el resto de voluntarios. Os lo agradezco de antemano y prometo enviaros la foto (y la otra, la de ligar) para vuestro uso personal y deleite; además de asegurar que todas las imágenes pasarán por «Fátimashop», donde los milagros se hacen un poco más cercanos y la gente vuelve, al menos un poco, a sentirse joven, sin granos ni arrugas.

¡100% Garantizao!

Iré actualizando post de este estilo cuando vaya alcanzando cifras significativas de retratos. Cada cien o doscientos. Como con los pokémon… intento hacerme con todos 😀

Hasta entonces, muchas gracias a todos y espero veros pronto por aquí.


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5 Comentarios

  1. Felicidades! Siempre con buenas ideas de las cosas que hacen muy bien. Y qué tal con la distancia? También me gustaría aparecer en ese muro anónimo. Ya me dirás ;).
    Un abrazo

    • Hola Carlita!!! sé que estamos lejos y no sé cuando será, pero la próxima vez que nos veamos, te hago la foto del muro :-). Muchas gracias y un beso grande!!!

  2. Un par de excompañeros tuyos estarían encantados de invitarte a una caña y formar parte de tu ecosistema… 😉

  3. Me encanta que la idea surja de «los rostros de toda la gente que, en mayor o menor medida, tiene (o tuvo, o tendrá) cierta relevancia en mi vida». Me hace sentir importante. Y un egocéntrico como yo necesita esas cosas de vez en cuando… ja ja ja

    Gracias por incluirme en el Photowall (y en «tu vida») 😀

  4. Alucinante Dani. Sé que has contado con modelos excepcionales 😉 pero tu trabajo es buenísimo.
    Yo, como modelo excepcional, he de decirte que me lo pasé muy bien el día de las fotos, así que cuando quieras repetir, cuenta conmigo.